EXPANSIÓN CREDITICIA DE LA BANCA PRIVADA SIN RESPALDO EN EL AHORRO VOLUNTARIO.
Para realizar un análisis del tema en mención, se debe hacer hincapié de manera taxativa, en lo que representa tanto; la teoría del capital, cómo la estructura productiva en una economía real, cuyas interpretaciones son relevantes, para entender los procesos, que de manera espontánea se articulan en el mercado, cómo reacción a la expansión monetaria en forma de créditos bancarios, créditos no respaldados en el ahorro voluntario de una sociedad.
La acción de expandir créditos por los bancos privados, se desarrolla en el tiempo, en un sentido de causa - consecuencia, en un estado actual que determina una serie de etapas sucesivas, que conllevan a un fin único subjetivista, para satisfacer deseos lucrativos, de los actores (banqueros), que no liberan factores originarios productivos.
Es ese tiempo , cómo categoría lógica y preponderante, que los banqueros lo manejan a su conveniencia, categoría que implanta que, ceteris paribus el actor (banquero), prefiera lograr sus fines netamente de usufructo, cuánto antes.
Un ahorrista, sacrifica parte de su consumo inmediato, por que estima que va a alcanzar fines de valor superior en un futuro.
El crédito lo debemos concebir, cómo un derecho social, que se activa entre los distintos agentes económicos, y no para que a través de un proceso expansivo distorsionado, sin base en el ahorro voluntario, genere recesiones y errores de inversión; al interior de una estructura productiva, y que sólo genere ganancias extraordinarias, para un minúsculo grupo de banqueros.
El ahorro infiere una disminución efectiva del consumo, en relación a la producción, el ahorrista libera recursos, para ser activados en las diversas etapas productivas, con el fin de generar bienes de capital.
La valoración subjetiva de los bienes presentes en relación a los bienes futuros, no debe de depender de ningún agente distinto al que lo valora, existiendo una valoración psíquica del actor, dotado de una preferencia temporal, que puede ser alta ó baja.
Las personas con baja preferencia temporal, efectuarán intercambios, renunciado a bienes presentes, a cambio de conseguir bienes futuros, entregando dichos bienes a otros, que tengan una preferencia temporal más alta, es decir a los que valoran con más intensidad, el presente que el futuro, éste cambio de dominio (de bienes presentes por futuros), se configura a través de un precio de mercado, que se denomina tasa ó tipo de interés.
En el mercado existen múltiples acciones, que se llevan a cabo, utilizando como valor crematístico, el dinero, aceptado cómo medio de intercambio, es en el intercambio de unidades monetarias, donde se denota un tipo de interés, que se establece cómo la proporción de dichas unidades monetarias, que hay que pagar como deudor a acreedor, en retribución de un cierto capital, transcurrido un periodo prefijado de tiempo.
Es por tanto el tipo de interés, el precio que se determina. entre oferentes de bienes presentes (ahorristas), los cuáles están dispuestos a renunciar a un consumo inmediato de bienes, a cambio de obtener un mayor número de bienes (de capital), en un futuro determinado con antelación, éste tipo de interés, se encuentra determinado por la tasa de beneficio, a la que tendrá que igualarse, por unidad de valor y periodo de tiempo, los beneficios contables de cada etapa, al interior del proceso productivo.
Cabe indicar que el mercado de créditos, es tan sólo una parte del mercado general, donde se engarza la estructura productiva de la sociedad.
El sistema de precios al interior del mercado, así cómo la capacidad coordinadora de la función empresarial, hacen que la tasa social de preferencia temporal y el consecuente incremente de ahorro, que la misma genere, se plasme en una transformación de la estructura de etapas, al interior del sistema productivo, se puede denotar que el aumento de ahorro voluntario, implique una disminución de la inversión en bienes de consumo.
El ahorro que se genera, si existiese una disminución, de la tasa social de preferencia temporal, debe de materializarse en un efecto positivo, sobre la estructura de la producción, dicho ahorro se encuentra en relación inversa proporcional a la demanda monetaria de bienes de consumo, esto influye en una disminución de ingresos monetarios de las empresas, que son más intensivas en capital.
Se puede denotar que el incremento del ahorro, da lugar a una disparidad en las tasas de beneficios, en las diversas etapas de la estructura productiva, así cómo, la disminución del tipo de interés; lo que lleva a los empresarios a disminuir su producción de bienes de consumo, y la incrementan en las etapas más alejadas del proceso productivo.
La disminución de la inversión de bienes de consumo, provocada principalmente por las pérdidas contables, da lugar a la oferta de bienes presentes de los capitalistas y que esto derive, en una disminución en el tipo de interés.
La expansión de créditos que no se encuentran respaldados en el ahorro voluntario, tienden a decrecer la demanda de bienes de capital y de factores productivos.
Cómo Manifiesta Hayek F.A. Con una reducida tasa de interés y con considerables salarios reales, la inversión se concreta en formas intensivas de capital, los empresarios intentarán hacer frente a los costes del factor trabajo, introduciendo nuevo equipo capital, que les permita contratar menos factor trabajo.
Al expandir créditos los bancos, sin respaldo en el ahorro voluntario, reducen temporal y artificialmente, el tipo de interés del mercado crediticio, ésta reducción de manera subrepticia, suaviza y facilita el resto de condiciones, que exigen en forma taxativa de sus clientes, a la hora de concederles créditos.
La reducción del tipo de interés en términos relativos, genera un aumento del valor actual de los bienes de capital, dicha reducción hace que aparezca cómo rentables, proyectos de inversión que antes no lo parecían, cómo criterio evaluativo de la tasa interbancaria con la tasa de retorno, aperturando nuevas etapas productivas, más intensivas en capital (más alejadas del consumo),
El hecho que los empresarios, respondan a la expansión de nuevos préstamos, a manera de expansión crediticia, y procedan a invertir, así cómo a alargar lateral y longitudinalmente la estructura productiva real, sin que los agentes económicos, hayan decidido incrementar su ahorro, en el volumen necesario para financiar las nuevas inversiones.
En palabras de Ludwig Van Mises, la reducción del tipo de interés, viene a falsear el cálculo empresarial, incluyendo en los cálculos, parámetros que serían procedentes sólo en el supuesto de haber aumentado las existencias de bienes de capital; el resultado consecuentemente conduce a error, los cálculos hacen que parezcan rentables y manejables negocios que no lo serían, si el tipo de interés no se hubiera reducido, en forma artificial, mediante la expansión crediticia.
La descordinación se caracteriza, en un exceso inicial de optimismo exagerado, de los agentes económicos que se sienten capaces de amplificar la estructura productiva, sin ningún sacrificio de consumo, ni acumulación previa de capital, lo cuál conduce a una equivocación masiva por parte de los empresarios, que inician y se atribuyen procesos productivos cómo rentables, cuando en realidad no lo son, dicha descordinación intertemporal, se va agrandando, cuándo los empresarios invierten, cómo si el ahorro de la sociedad dejara de crecer, y que los demandantes, consuman a un ritmo inalterado, y no se preocupen de incrementar su ahorro.
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