Hace 15 años pretendieron, los países del Norte de América, esto aupado por los Estados Unidos de Norteamérica, aplicar en todo el hemisferio Américano, el tratado de libre comercio para toda América (incluído el Caribe), aceptar dicho tratado implicaba adoptar; las políticas de ajuste estructural de la mayoría de organismos multilaterales, de la Corporocracia y del Gobierno de los EE.UU. Sobremanera, un free trade, que en realidad, lo de libre comercio, lo querían hacer creer cómo utópico ó cercano a lo perfecto, cuándo la realidad se encuentra en las antípodas de aquello, aquél tratado que lo quieren presentar cómo algo beneficioso de forma bilateral, sosteniendo de manera encubierta, que procuraban fomentar, igualdad, pretendiendo mejorar el índice ó coeficiente de Gini a favor de las mayorías, aminorar las asimetrías entre las interacciones económicas de los Países miembros. Los Países del Norte más Panamá y otros cuántos cómo Chile, promovieron una soflama, más basada en la teoría del comercio internacional con una distribución irregular de recursos y diferencias de costes de producción a escala, marcando per se, una polarización comercial y económica, promovida por la globaliación y que se alejaba de la teoría de la ventaja absoluta clásica, planteada por Smith A. Debido a la diferencia de costes y velocidad de producción de las mercancias, entre los Países del Sur basicamente, con los del Norte del Continente.
La concentración de riqueza, con niveles de exclusión y desigualdad, se perfilaban aún más, cómo bien manifiesta el Economista Sur-Coreano Chang Ha-Joon, en realidad lo de libre mercado y comercio, es sólo el prefijo de ¨libre¨ ya que aquello es discreccional, uni-direccional, para favorecer a los de mayor producción en menor tiempo, con menos barreras arancelarias para aquél grupo.
La hipótesis, que el libre comercio, beneficia a todos por igual, era el denominador común en dicha cumbre en Mar del Plata, la que promulgaban los países del norte del continente, más Chile. Panamá y unos cuántos más, pero no estaba tecnicamente sustentada, se fundamentantaba en un supuesto erróneo, que sostenía que sus estructuras externas son símiles, que las ventajas eran las mismas para Países con menores niveles de producción y también para Países con mayores niveles productivos.
La estandarización de las normativas del País dominante (EE.UU), no era ni neutral, ni el mejor camino para instaurar, para consolidar principios equitativos y de soberanía comercial, ellos trataban de basarse, en la teoría de la ventaja comparativa, importando insumos que carecían, libre de barreras arancelarias, para especializarse en productos que carecían en menor grado, más la relación real en el tiempo de producción, inclina favorablemente la balanza a los Países del Norte, cuyo nivel de desarrollo tecnológico, de fuerzas productivas, es mayor, al interior de la división social del trabajo.
El ¨Fast Track¨que el Presidente Busch trataba de implementar ahora en toda América y el Caribe, con Países de asimetría productiva y tecnológica, beneficiaría a través de las externalidades positivas a los Países del Norte de América, por tener un mayor nível de desarrollo tecnológico y de investigación en muchos campos científicos.
Lo que denotaban en sus discursos los Presidentes Busch. Fox, el primer ministro de Canadá: Paul Martin, era que los acuerdos de libre comercio, reducían las barreras arancelarias, la inflación y que ayudaría a la creación de empleo en la región, lo cuál no se encontraba fundamentado en la teoría de la Política Económica, eran argumentos capciosos, no basados en una teoría y que pretendían hacerlos pasar, cómo verdaderos e imperativos, lo que trataban estos países, eran favorecer de manera explícita, más que al libre comercio con mínimas barreras arancelarias, era de tratar de favorecer de forma explícita y de buscar consolidar, ventajas económicas, a favor de las grandes transnacionales, a través de normas comerciales supranacionales, que a la mayoría de Estados per se, en el hemisferio Americano.
La diferencia de costes para la producción de los bienes finales, favorecería en mayor grado a las economías de mayor escala, por su mejor nivel de productividad, en base a una tecnología más desarrollada y a una mayor mano de obra calificada. Adquirir materia prima, cómo petróleo, cacao, etc, asumiendo ese coste relativo menor; para procesar múltiples derivados, obteniendo un mejor retorno en valor monetario y a menor tiempo de producción.
El bloque de Mercosur, con una importante y decisiva intervención del Presidente Chávez, fue fundamental, para que este Tratado de libre comercio, en todo el Continente, no predominara, no fraguara, un discurso de los Países del Norte, más basados en Sofismas, que en base a la Teoría de la Política Económica en sí, un tratado que favorecería a grandes Transnacionales y a los Países con un mayor nivel de producción, con menor inversión y con materias primas, obtenidas a menores costes.
Tranquilli Filella César.
Noviembre 2020.
Comentarios
Publicar un comentario